viernes, 20 de marzo de 2009

Enterrados por el progreso



Estadios de leyenda (I)

Son los templos del fútbol, las iglesias que miles de fieles pisan cada fin de semana a lo largo y ancho del mundo.
Iniciamos hoy un repaso de los estadios más míticos y en los que más leyendas se han escrito a lo largo de la historia del fútbol mundial. Sirvan estas líneas como introducción...






Con sus tribunas de madera, sus fondos sin asientos y con sólo alguna aislada valla antiavalancha por toda medida de seguridad, sus fachadas de ladrillo, sus recuerdos de football decimonónico… los estadios ingleses han sabido mantener durante décadas el sabor añejo del fútbol de antaño, de borceguíes y balones con costuras. Muchos de esos estadios, meeting points de toda una comunidad futbolera cada sábado durante casi un siglo, han dejado de existir.

La modernización radical y el lavado de cara al que decidió someterse el fútbol inglés en la pasada década de los 90, motivado en buena medida por la imagen arrastrada desde la tragedia de Heysel en el 85 y el desastre de Hillsborough, en Sheffield, en el 89, supusieron el principio del fin para un buen puñado de vetustos estadios que vieron como sus graderíos sucumbían ante los brazos de las excavadoras en pos de un futuro más brillante para el fútbol británico.


Burnden Park (Bolton Wanderers), Baseball Ground (Derby County), Highbury (Arsenal), Ayresome Park (Middlesbrough), Maine Road (Manchester City), The Dell (Southampton), Filbert Street (Leicester City) son sólo algunos de los más importantes escenarios que se vieron abocados al fin de sus días en las dos últimas décadas. Nombres históricos, con sabor a leyenda que sólo perviven en el recuerdo de los mejores aficionados. Un destino similar al que próximamente vivirán auténticos templos del fútbol como Anfield o el City Ground de Nottingham. El progreso obliga.


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